
El tiempo mesiánico… Ese tiempo en el que la norma se suspende. El tiempo de la alegría, la creación y el placer. El tiempo que resta antes de la vuelta….
Carnaval en el que todos los abrazos están permitidos. Tiempo de creación, de conexión, de relación… Afectación de corporalidades por relaciones sin individuos. Ejercicio ritual que difumina sus lineas de fuga en un ir creando el mundo.
Y esto? Entonces no fue uno solo? ….
Algunas preguntas desde el horizonte de la guerra se me plantearon. Modernidad, colonialidad:
¿Qué son mágicas, las relaciones o los individuos?
¿Uno solo… Qué? ¿Hubo siquiera uno?
En el psicoanálisis estamos acostumbrados a la frase «No hay encuentro». Parecería ser bastante obvio que si hay individuos no hay encuentro. Es una linda forma de llamar al deseo. Un poco menos obvio pero igualmente convincente podría ser: No hay individuos ni deseos, hay encuentros… … … Así con muchos puntos suspensivos…
¿Será que lo mágico de las relaciones no depende de los individuos, sino de las líneas de fuga que proliferan en virtud de ensamblajes-agenciamientos desencadenados profusamente a partir de la conexión entre las corporalidades, materialidades humanas y no humanas? Roces… Sensaciones… Miradas… Voces… Aromas… Besos y abrazos… Sonoridades… Musicalidades… Canciones y danzas…
Lineas de fuga discernidas con enorme dificultad por la literatura, sin embargo felices y alegremente multiplicadas en los cuerpos abiertos a las corporalidades en el mundo. Líneas de fuga a las que las gentes adoran ponerle autoras o autores. ¿Y si fueran simplemente líneas de fuga, ensamblajes, pliegues en el tiempo-mundo?
Frente a los calcos helicoidales en torno al eje del deseo y el individuo, la multitud cartografía la realidad desde los encuentros. Se ríe y expande frente a la tristeza horadadora de agujeros del deseo y los individuos que no son necesarios. Cartografiar no es representar, es creación constitutiva de mundo. Las multitudes se hacen un mundo de encuentros, solo de encuentros, sin individuos.
No hay personas geniales, la genialidad en todo caso será la propia de la magia del encuentro. Creación de la multitud, plus de código, realidad, amor y alegría.
Los saberes sin cuerpo, ante su insuficiencia, pretenden nuestro ser, o en todo caso nuestro ser y su concomitante agujero. Las multitudes colman sin nunca colmarlo al mundo desde su hacer indeterminado, indefinido, no teleológico, contingente, pero desde ningún ser. Sus modos son la potencia. Su esencia en todo caso será ningún-ser-sino-un-hacer.
Alejado de los saberes artificialmente extraídos de los cuerpos tocará el hacer, el sentir. El sentir desde nuestras corporalidades de las materialidades actantes diversas de mundo. La relación. A la manera del jazz las relaciones entre corporalidades y materialidades serán eternamente contingentes. Creación constitutiva de placer y alegría del encuentro, plusvalía de código, minusvalía de tristeza y miedo.
Universalidades e individuos obturan la potencia de creación y multiplicación de los encuentros de las multitudes. Obturan la creación de mundo y propician la guerra.
Reverberancia infernal de la doctrina tornase por acostumbramiento en murmullo adormecedor. Los bombos en el cuerpo desencadenan la creación.
¿Qué sucedería si en lugar de olvidamos nuestros atributos y propiedades, apropiaciones, y nos concentramos en los encuentros? ¿Cuál sería la necesidad de apropiación de cuerpos-territorios si somos de la tierra y nos relacionáramos en y desde ella con otras corporalidades y materialidades?
En un programa comunitario que sea efectivo ¿Qué valen más, las categorías individuales que consideramos universales, depresión, ansiedad, ideación suicida o el modo en que se organizan y transforman las relaciones entre corporalidades y materialidades vitales, humanas y no humanas en un agenciamiento comunitario dado? ¿Existe un síntoma en un ensamblaje de relaciones de la misma manera que en otro por el hecho de que estén afectadas las mismas corporalidades? ¿ «Son» las mismas corporalidades en un ensamblaje que en otro?
El mundo de la guerra quizás necesite de individuos y deseos, el de la paz, relaciones.
(Inspirado en Mil Mesetas…A 10000 metros a la vuelta del CIP 40, 20/7/2025 )